Carmencita Durand.....y los recuerdos de una profesora


Por: Néstor Rubén Taype

¿No te parece que esta algo mocosita para esto? - Me dijo Segundito-
- Puede ser, pero yo creo que lo va hacer bien - respondi
- Bueno, el tiempo apremia, salgo en un par de días a Miami y voy a estar fuera como por una semana, tienes que apurarla para que todo este listo, ya no tienes mucho tiempo.
El viejo Stinson naranja nos miraba a través de la ventana todos los días como fiel acompañante de nuestras oficinas de reservaciones que ahora reposaban en su local muy cerca del aeropuerto internacional.
La empresa había decidido contratar estudiantes de las academias de turismo para cubrir personal que se necesitaba durante las llamadas “temporadas altas”
Usualmente nuestro jefe dictaba las clases sobre el sistema de reservaciones, pero debido a sus continuos viajes teníamos que preparar a uno de nuestros agentes que pudiera hacer esta labor.

Había varios nombres en mente y la decisión teníamos que hacerla pronto, el tiempo, como decía el jefe se estaba acabando.
Carmencita era una de ellas, traviesa, hiperactiva, conversadora, muy jovencita, que venía  además acompañada de unos ojos preciosos.
Finalmente le comunicamos la noticia sobre su nueva responsabilidad y lejos de asustarse lo tomó con mucha seriedad.
Recibió las indicaciones del caso con el aviso adicional que había mucha presión para tener listo el material respectivo lo mas pronto posible.

Camuchita nos sorprendió llegando un buen día con sus cuadernos y nos mostró sus apuntes para solicitar las últimas recomendaciones.
El sistema “Inhouse” que usaba nuestra oficina de reservaciones estaba detallado minuciosamente en cada página.

Carmencita y la supervisora ( de pie) Nelly Alfaro.
El nombre, destino(s), contacto(s) conexiones internacionales, arribos, tiempo mínimo de conexión, confirmación, reconfirmación, cancelaciones y todas las demás etcéteras que componían esa parafernalia del sistema estaban allí.
Con una amplia sonrisa en los labios y con su grueso folder y cuadernos en los brazos nuestra futura instructora nos comunicó que estaba lista, ah, olvidaba que además llevaba una regla, que como ella dijo, era solo para señalar los apuntes en la pizarra.

Las clases se dictaban en las aulas de capacitación muy cercana a nuestra oficina, ésta área estaba a cargo de nuestro queridísimo compañero David Chávez, en quien encontrábamos como siempre a un gran colaborador.
Número de asistentes, tiempo de duración de la clase y del refrigerio, eran facilitadas a David, para preparar el aula y tener todo listo para la dictar las clases a los nuevos alumnos que concluirían con un exigente examen final.

El resultado fue que Carmencita  la casi adolescente agente de reservaciones  hizo un excelente papel como instructora, puesto que tuvo a su cargo una buena temporada en que la empresa la necesitó. Me imagino que debe recordar esta experiencia o espero hacerla recordar ahora después de muchos años. 
Aún debe tener en sus oídos la voz de una de sus “patas” del alma cuando ingresó en plena clase y le dijo:
-         Camuchita, te espero para tomar café ahora que termines tu clase –
-         Señorita Carmen Cuando estoy en clase……por favor.


Una Anécdota con Herbert “Papelito” Cáceres

Por: Néstor Rubén Taype

Nuestro querido y siempre atento amigo Herbert Dante Antonio Cáceres Zavalaga, mas conocido como “Papelito” era un excelente controlador. Para quienes no recuerden o no sepan “antiguamente” ¿que frase verdad? Pero bueno sigamos, antes que llegaran las computadoras, el control de los vuelos se manejaba de forma manual.
Se acumulaban las tarjetas por rutas y había que estar contando continuamente para saber el estado del vuelo. Teníamos una enorme pizarra con lo números de los vuelos y debajo de ellos colocábamos fichas de colores. Había ficha verde cuando el vuelo estaba disponible, amarillo cuando estaba por cerrarse y rojo cuando el vuelo estaba lleno.
Me tocó muchas veces ser controlador con “Papelito” Cáceres, apodo tomado por su gran parecido con el arquero de Universitario de Deportes de aquella época. Herbert estaba en el control del norte y yo del sur, ambos contábamos nuestros vuelos para mantenerlos al día y hacer el cambio respectivo de turno.
Herbert, rodeado de Pepe, Ruben,Liz, Beatriz y Armando.
Debido a la demanda muchas veces se solicitaba los llamados “Vuelos Extras” ya sea para el norte o sur. Pero era mas común en el la ruta del norte separar los vuelos de acuerdo a la demanda. Así teníamos el CF348 CIX - PIU el CF340 TYL -TBP y el CF342 TRU – CIX.
El que lo separaban con mayor frecuencia era el 348 por la gran demanda que teníamos, entonces se programaba vuelos directos a CIX y PIU.
Cada vez que el “gordo” Grados o la señora Nelly (nuestros supervisores) solicitaban información de los vuelos, nosotros procedíamos a reconfirmar nuestras cantidades.
Pero “Papelito” tenia la costumbre de tomar las tarjetas barajarlas como se hace con los casinos y luego de acomodarlos bien los sujetaba con sus dos dedos, el índice y el pulgar.
Yo lo miraba y le hacia el gesto en silencio con las manos como diciéndole: ¿que haces?
Herbert cerraba los ojos y haciendo una pose de meditación se tomaba unos quince segundos y luego me decía - todavía hay espacio, este vuelo esta en la mitad.
Lo vi hacer repetidas veces hasta que en una oportunidad cuando terminó su original “conteo” de vuelo me dijo – esta full el 348 hay que separarlo.
Le pedí sus tarjetas y de inmediato me puse a contarlas y para mi sorpresa estaba en lo cierto. “Papelito” como lo haces compadre – le pregunté - y él haciendo un ademan de guardar silencio dijo solamente “Top Secret” Rubencito.
Un grato recuerdo y anécdota de las innumerables que hay de nuestro caro y dilecto amigo arequipeño - mollendino, Herbert “Papelito” Cáceres.
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CIX: Chiclayo
TBP: Tumbes
TYL: Talara
TRU: Trujillo
PIU:   Piura

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