Por: Henry Sepúlveda Rojas
UN
NUEVO ESTUDIO SOBRE LA POESÍA DE HÉCTOR ROSAS PADILLA
La experiencia vital y la resistencia
cultural de un poeta peruano en los E.U.A.
Héctor Rosas Padilla, que nació en el
Perú, es un poeta con oficio de larga data y, sin embargo, parco en publicaciones.
Sus poemas han circulado en su país en breviarios de muy limitado tiraje y solo
con la aparición de la Internet accedieron a un público más amplio. En 2015 se
publicó en un libro su primera colección poética, De repente, el poema, que
permitió conocer de su autor el horizonte y las perspectivas de su trabajo, así
como su estilo y las principales motivaciones de su escritura. Mucho antes, en
1982, el poeta había salido de su país para pasar a establecerse en California.
Durante mucho tiempo estuvo sujeto a la dura vida de trabajo del migrante, al
aprendizaje del idioma del país de su adopción y a los usos y costumbres de su
nueva comunidad. Estas experiencias, sin embargo, no postergaron ni desecharon
de su mente y de su corazón todo el bagaje vital acumulados en su adolescencia
y juventud en la patria de su nacimiento, el Perú, el país de más antigua y
vasta cultura de la América del Sur, cuna del imperio de los Incas, así como de
las civilizaciones precolombinas de Chavín, Tiahuanaco, Mochica y muchas otras.
Hacemos referencia de este aspecto de su país natal porque precisamente la
nostalgia de la patria lejana, del hogar paterno, de la madre fallecida en la
distancia es la principal motivación de su poética. Es un influjo muy poderoso,
el cual a la vez se explica por los poderosos fundamentos de la cultura andina.
El ser peruano o sudamericano, trasplantado al país del norte o cualquier otro
por especiales circunstancias, no se allana pasivamente a su nuevo modus
vivendi, sino que se aferra a su esencia nativa y proclama su identidad como un
desafío a los mecanismos expresos o subliminales de la alienación. Respecto a
esta nostalgia por su país, el poeta ha escrito: “Sin embargo, cuánto no daría
por dar un par de vueltas / por sus jirones como una sombra furtiva / en busca
de unos choclos sonrientes, / de un triste de guitarra / o de un emoliente.”
La contraparte de este conflicto del
poeta-migrante es el amor; pero no aquel amor juvenil lleno de ilusiones y
esperanzas, sino el amor angustiado del hombre adulto desdeñado por muchachas
de lozana belleza pero frívolas y crueles. Este es el otro tema medular de los
poemas de Héctor Rosas Padilla, convertido en metáfora de las ilusiones
perdidas y de la persistente búsqueda de metas nunca alcanzadas. Quizá por esto
mismo, en estos versos su emoción lírica alcanza los más altos grados de
intensidad:
Estoy seguro que te encontraré en algún
restaurante de comida rápida
o tal vez en el atrio de un cinema
esperando un cigarrillo o algo que se le parezca
Me bastará decirte "gorgeous day like you" para ganarme la
más
luminosa
de tus sonrisas y
algo más que una de tus mejillas
Y mientras buscamos el lugar más oculto me hablarás
del Terminator como del dios Marte y confundirás a Ginsberg
con una estrella del fútbol americano
Luego como si nada hubiera sucedido sobre la hierba (o en
alguno de los veinte y un cuartos que conocen tus gemidos)
te marcharás tranquilamente
no sin antes pedirme mi número telefónico
Y desde ese instante yo seré para tí un número telefónico más
en tu bolso
restaurante de comida rápida
o tal vez en el atrio de un cinema
esperando un cigarrillo o algo que se le parezca
Me bastará decirte "gorgeous day like you" para ganarme la
más
luminosa
de tus sonrisas y
algo más que una de tus mejillas
Y mientras buscamos el lugar más oculto me hablarás
del Terminator como del dios Marte y confundirás a Ginsberg
con una estrella del fútbol americano
Luego como si nada hubiera sucedido sobre la hierba (o en
alguno de los veinte y un cuartos que conocen tus gemidos)
te marcharás tranquilamente
no sin antes pedirme mi número telefónico
Y desde ese instante yo seré para tí un número telefónico más
en tu bolso
Los 26 poemas de este libro constituyen
el apasionado testimonio de un migrante peruano en San Francisco. Es la
nostalgia por la patria lejana, pero nunca perdida, y el diario de sus días en un país extranjero. En sus
momentos más sublimes el poeta recurre
a la ironía y
contempla su
nueva vida en el primer mundo como un espejo de la vida en Sodoma y Gomorra:
Adoré
ídolos y cautive a vírgenes que dejaron de serlo
en
las orillas de arcilla del Mar Muerto.
Estuve
en los templos que fueron sus prostíbulos de cada día.
Toqué
la cítara en ciudades como éstas del siglo veintiuno
donde
su hedor a corrupción me trae la memoria
de
las últimas noches de Sodoma y Gomorra.
Fuera de la imaginación poética o en la
vida real, Héctor Rosas Padilla es un personaje de variadas facetas. Egresado
de la universidad de San Marcos, la más importante del Perú, ha ejercido
profesionalmente como periodista y fotógrafo. Ha entrevistado a políticos como
Raúl Castro y al presidente de nicaragüense Arnoldo Alemán, al productor
musical Emilio Estefan, al guitarrista de rock Carlos Santana, etc. En 1970 fue
distinguido en el concurso “El mejor reportaje” por el diario El Comercio de
Lima. Su fotografía “The Weeding is Headache” fue premiada con el primer lugar
por la The International Library of Photografy de Estados Unidos.
En el campo del ensayo periodístico, ha
publicado La educación y los hispanos en los Estados Unidos de América, libro
reeditado por la editorial Palibrio.
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