Entrevista de Néstor Rubén Taype.
Fernando Morote, residente en la ciudad de Nueva York es autor de "Poesía Metal-Mecánica" (1994), "Los quehaceres de un zángano" (2009), "Polvos ilegales, agarres malditos" (2011), "Brindis, bromas y bramidos" (2013) nos sorprende esta vez con una nueva producción literaria, “La cocina del infierno”. Ni bien nos enteramos por las redes sociales de la novedad, fuimos en su búsqueda vía telefónica para que nos brinde mayor información sobre esta nueva publicación. Aquí la entrevista.
Fernando hola, acabamos de leer por Facebook de tu
nueva publicación “La cocina del infierno” ¿podrías darnos más detalles al
respecto y cuando estará disponible para los lectores?
-En estas historias nos hablas sobre la vida del inmigrante
y acaso también del famoso sueño americano, que a veces suele tornarse en
pesadilla. ¿Cómo la pasan tus personajes en esta lucha?
Fernando Morote. Piura, Perú-1962. Escritor y periodista. Autor de “Poesía Metal-Mecánica”, “Los quehaceres de un zángano”, “Polvos ilegales, agarres malditos” y “Brindis, bromas y bramidos”. Actualmente vive en Nueva York.
Fernando Morote, residente en la ciudad de Nueva York es autor de "Poesía Metal-Mecánica" (1994), "Los quehaceres de un zángano" (2009), "Polvos ilegales, agarres malditos" (2011), "Brindis, bromas y bramidos" (2013) nos sorprende esta vez con una nueva producción literaria, “La cocina del infierno”. Ni bien nos enteramos por las redes sociales de la novedad, fuimos en su búsqueda vía telefónica para que nos brinde mayor información sobre esta nueva publicación. Aquí la entrevista.
Por supuesto. El libro
acaba de subirse a la plataforma de Amazon y está disponible en versión impresa
y en Kindle. Es un conjunto de 3 relatos largos cuyos temas giran en torno al
circuito de la inmigración. Empieza en Lima con un grupo de jóvenes enfrentado
a la frustrante y desesperante realidad de un país en manos de gobernantes que
no piensan en el progreso ni el desarrollo de nadie sino que contribuyen a
aumentar el clima de asfixia existencial y alimentan el deseo de fuga masiva. Algunos
de ellos abandonan el barco y en el extranjero intentan recomponer sus vidas, estableciéndose con sus familias, pero en ese
proceso se enfrentan a nuevos y quizás más duros desafíos. Años más tarde
regresan a la patria y descubren que su experiencia como exiliados voluntarios
les ofrece el privilegio de contribuir desde su posición al desarrollo de la
comunidad en que crecieron.
Cada relato está escrito en
un tono y con una intensidad diferente. La voz del narrador también cambia.
Intento combinar el drama con el sarcasmo y el humor.
El segundo relato, “La
cocina del infierno”, sustenta la teoría de que el sueño americano es una
mentira. De ahí el título. Si alguna vez fue cierto, para el personaje de la
historia se esfumó, quedando en el recuerdo de otras épocas vividas por otras
personas. Las condiciones actuales, con la escalada de restricciones y
represiones, le dejan un margen cada vez más estrecho de realización. Sin
embargo, como en todas las situaciones de crisis, aprende que tiene frente a sí
un cúmulo de nuevas e insospechadas posibilidades.
-Fernando, sabemos nosotros como inmigrantes que la
rutina de vida aquí en este país es terriblemente fuerte, el trabajo está
siempre en primer, segundo y tercer lugar de prioridad; cuéntanos un poco
¿cómo haces para conseguir los espacios disponibles para escribir y no
perderse en el intento con éxito?.
Escribir es un lujo por el
que hay que pagar. Tengo que robar tiempo para hacerlo. Antes pensaba que lo
ideal para mí sería dedicarme sólo a eso. Pero ahora creo que sería muy
aburrido y tampoco podría mantener a mi familia. Necesito un poco -a veces
bastante- de caos para ponerme en acción. Escribo, corrijo y repaso en las
luces rojas, en los estacionamientos de los 7-11, mientras espero a mis
clientes en los edificios (trabajo como supervisor de una compañía de
limpieza). Luego en casa me las arreglo para poner en orden lo producido
durante el marasmo del día.
-Como es tu cercanía con las redes sociales, que
no existían en los noventas, con una relación “sui generis” de estar
cerca de todos y la vez tan lejos. Un mundo virtual en la que nos enteramos de
todo y casi de todos. Quizás algún amigo tuyo que no te ve por años, diga al
ver esta noticia “manya, el flaco todavía escribe…y vive en Nueva York”
Un medio por el que recibimos noticias malas y buenas y que muchas
veces minimizan nuestros sentimientos. ¿Has pensado escribir algo sobre la convivencia
que tenemos con las redes sociales, con este medio fabuloso que es el internet?
Uso mucho las redes
sociales. Son una excelente herramienta para difundir mi trabajo. Comparto en
ellas mis cuentos y artículos que se publican en diferentes revistas digitales.
Durante un año se publicó en el Periódico Irreverentes de Madrid, por capítulos
semanales, mi novela “Polvos ilegales, agarres malditos”. Luego me enteré de
que varios lectores que seguían el texto por la red lo consiguieron en una
librería de Lima. Incluso supe de alguien que lo compró en una librería de Long
Island, donde yo vivo. ¿Cómo llegó ahí el libro? No tengo idea. Fue una
sorpresa.
De hecho, es una alegría
saber, por los comentarios dejados en las publicaciones, que tengo lectores –algunos
de ellos muy entusiastas- en diferentes países. Sin dejar de mencionar,
naturalmente, la facilidad de poder conectarme regularmente con el resto de mi
familia en Perú y Chile y reencontrar en distintas partes del mundo amigos con
quienes había perdido comunicación por años.
Además tengo en carpeta un
nuevo libro que incluirá un relato sobre las actividades de un grupo de
escritores conectados al mundo a través de la internet. Una posibilidad que
hace unos años era imposible de concebir, ahora se ha vuelto realidad gracias a
la tecnología. Pero el espíritu humano, así como ciertas mentes brillantes,
siguen cerrados. Un grupo de talentosos autores, ignorados por el sistema
editorial tradicional, encuentran el modo de compartir su trabajo con un
público ávido de nuevas y frescas propuestas, huyendo de lo convencional y de
lo intelectualmente aceptado. Será sin duda una sátira, un vehículo para reírme
de mí mismo y de mis fantasías como escritor.
-Fernando agradecemos el tiempo que nos has dispensado
para nuestro blog, ¿deseas agregar algo más?
Ha sido un placer. Muchas
gracias por tu interés, lo aprecio de corazón. Con el apoyo de un amigo, otro
escritor peruano, Arturo Ruiz-Sánchez, estamos planeando presentar “La cocina
del infierno” en la biblioteca de Corona, Queens durante el próximo mes de
Julio. Mientras tanto si alguno de los lectores de tu blog desea adquirir un
ejemplar, lo pueden encontrar aquí:
http://www.amazon.com/cocina-del-infierno-Relatos-inh%C3%B3spito/dp/1511643633/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1428867079&sr=1-1&keywords=la+cocina+del+infierno+fernando+moroteFernando Morote. Piura, Perú-1962. Escritor y periodista. Autor de “Poesía Metal-Mecánica”, “Los quehaceres de un zángano”, “Polvos ilegales, agarres malditos” y “Brindis, bromas y bramidos”. Actualmente vive en Nueva York.
1 comentario:
Fernando Morote es unos de nuestros escritores . extranjeros más interesantes. Su irreverencia, sentido del humor cáustico lo hace de lectura irresistible para la cofradía de peruanos que crece y es ya una multitud. Si bien, pocos lo hemos visto en persona, su leyenda va in crescendo.
Y su talento lo suple con creces.
A leer a Morote y pedir a gritos lo traigan a Lima a algún Festival de Literatura, de esos tan sosos que nos aburren tanto.
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